Me ha sorprendido el concepto de robots religiosos. Eso presupone un entendimiento y unas inquietudes por su parte que se acercan demasiado a las humanas.
Ahora, la secuencia final con el robot monaguillo apedreando al sacerdote y salvando luego a la paloma, me ha dejado estupefacto…
¡Una idea interesante!
Se me ocurren dos interpretaciones:
1. Los robots ven en las vidas «inferiores» como la paloma, a los únicos seres que vale la pena salvar.
2. La paloma o el ave en sí misma, ¿no es símbolo del Espíritu Santo? En este caso, el robot habría salvado al mismísimo Dios…
3. Detectaría una cita del film Blade Runner, en la escena final: el espíritu asciende al cielo.
Lo que más me gusta es la última viñeta. ¡Qué soledad transmite! Buen trabajo gráfico.
Por cierto, ese robot debe de ser de mi pueblo… porque le lanza una pedrada al cura… XD
Muy buen trabajo tanto de guión como de dibujo. El estilo me recuerda algo a Philip Bond.
Y muy buena crítica a la Iglesia, si existiera algún Dios habría que protegerle de estos descerebrados, que de hecho ya mataron hace tiempo a uno.
¿Y de donde eres Atlas? ¿del Vaticano? Lo digo por que mi pueblo es una fábrica de guardias civiles y allí se solían golpear Picoletos para matar el tiempo.
Jajajajaja! Soy de Navarra, Antonio, donde hay más de un burrico que lanza cada pedrada XD
El único «pero» que le ondría al argumento, es el ataque del robot. Queda un tanto incongruente que se cargue al sacerdote de una pedrada, pero que salve a la palomica… Pero en general, la historia resulta interesante, sobretodo por lo que comenta Allmanzor, ya que se presupone que los robots deben tener una capacidad de entendimiento muy similar a la humana…
Holas. Me alegro que os haya gustado la historia. Gracias a todos por los comentarios 🙂 Ayudan mucho a seguir adelante.
La verdad, la historia está planteada para que cada uno saque sus conclusiones… pero si me gustaría decir que es una historia que dice casi más en el dibujo de Ismael que en el guión, en los detalles.. fijáos en la vestimenta del robot y que lleva en el mano en la primera viñeta que aperece… en la «educación» que ha recibido… y también pensad en el comportamiento del cura de «puertas para adentro»… el discurso de odio y el odio de la gente…
El robot no dice nada en ningún momento, incluso no tiene boca para hablar… su única forma de expresarse es la acción. Le lanza una piedra al cura («EL que esté libre de pecado…») y le aparta del micrófono con la mano abierta…
¿Es él que se ha vuelto «loco» o quizá somos nosotros?
Por supuesto que está presente el homenaje a Blade Runner, que comentas Juan Manuel 😉
Una historia intrigante, como bien señalan. Y muy bien resuelta desde lo visual. Concuerdo con Atlas en que la última viñeta es efectiva como pocas, obligándonos a concluir la lectura con una definitiva sensación de angustia y soledad.
7 comentarios
Me ha sorprendido el concepto de robots religiosos. Eso presupone un entendimiento y unas inquietudes por su parte que se acercan demasiado a las humanas.
Ahora, la secuencia final con el robot monaguillo apedreando al sacerdote y salvando luego a la paloma, me ha dejado estupefacto…
¡Una idea interesante!
Se me ocurren dos interpretaciones:
1. Los robots ven en las vidas «inferiores» como la paloma, a los únicos seres que vale la pena salvar.
2. La paloma o el ave en sí misma, ¿no es símbolo del Espíritu Santo? En este caso, el robot habría salvado al mismísimo Dios…
3. Detectaría una cita del film Blade Runner, en la escena final: el espíritu asciende al cielo.
Lo que más me gusta es la última viñeta. ¡Qué soledad transmite! Buen trabajo gráfico.
Por cierto, ese robot debe de ser de mi pueblo… porque le lanza una pedrada al cura… XD
Muy buen trabajo tanto de guión como de dibujo. El estilo me recuerda algo a Philip Bond.
Y muy buena crítica a la Iglesia, si existiera algún Dios habría que protegerle de estos descerebrados, que de hecho ya mataron hace tiempo a uno.
¿Y de donde eres Atlas? ¿del Vaticano? Lo digo por que mi pueblo es una fábrica de guardias civiles y allí se solían golpear Picoletos para matar el tiempo.
Jajajajaja! Soy de Navarra, Antonio, donde hay más de un burrico que lanza cada pedrada XD
El único «pero» que le ondría al argumento, es el ataque del robot. Queda un tanto incongruente que se cargue al sacerdote de una pedrada, pero que salve a la palomica… Pero en general, la historia resulta interesante, sobretodo por lo que comenta Allmanzor, ya que se presupone que los robots deben tener una capacidad de entendimiento muy similar a la humana…
Holas. Me alegro que os haya gustado la historia. Gracias a todos por los comentarios 🙂 Ayudan mucho a seguir adelante.
La verdad, la historia está planteada para que cada uno saque sus conclusiones… pero si me gustaría decir que es una historia que dice casi más en el dibujo de Ismael que en el guión, en los detalles.. fijáos en la vestimenta del robot y que lleva en el mano en la primera viñeta que aperece… en la «educación» que ha recibido… y también pensad en el comportamiento del cura de «puertas para adentro»… el discurso de odio y el odio de la gente…
El robot no dice nada en ningún momento, incluso no tiene boca para hablar… su única forma de expresarse es la acción. Le lanza una piedra al cura («EL que esté libre de pecado…») y le aparta del micrófono con la mano abierta…
¿Es él que se ha vuelto «loco» o quizá somos nosotros?
Por supuesto que está presente el homenaje a Blade Runner, que comentas Juan Manuel 😉
Una historia intrigante, como bien señalan. Y muy bien resuelta desde lo visual. Concuerdo con Atlas en que la última viñeta es efectiva como pocas, obligándonos a concluir la lectura con una definitiva sensación de angustia y soledad.