Editorial
El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos… Así va la canción. Pero claro, en Exégesis, con un año y monedas a cuestas, raramente podríamos hablar de vejez. Ni siquiera de adultez. En todo caso, nos gusta pensar que estamos dejando atrás nuestra más tierna infancia. Esto no tiene por qué ser necesariamente reconfortante. Crecer es siempre conflictivo, y somos concientes de que atravesamos un período crítico. Nuestro número 5 marcó el fin de la infancia de Exégesis, pero esto no significa que hayamos madurado. Para nada. Nos encontramos, en realidad, inmersos en ese limbo incierto y conflictivo que caracteriza a toda adolescencia. (¿Por qué no?) Somos adolescentes. Pero ya los psicólogos -que no les creen a los publicistas- se cansaron de advertirnos que la adolescencia no tiene nada de bonito. Que es un período incómodo e inestable, colmado de miedos y sinsabores. Y en eso estamos ahora, enfrentando como mejor podemos las embestidas de esta etapa incierta y angustiante; y miren si será así, que la psicología suele asociar la adolescencia con tres grandes pérdidas, tres duelos inevitables, y nosotros le damos batalla a los tres:
Primero, el duelo por el cuerpo infantil perdido. Todo adolescente debe aprender a valorar y a manejar su nueva fisonomía; Exégesis ya no es más aquel blog inicial que publicaba lo que conseguía, cuando se podía, sin demasiadas presiones editoriales y con más sueños que obligaciones. Exégesis es ahora una revista bimestral, apresada entre los sueños vigorosos y las responsabilidades y obligaciones que implican cumplir con miles de lectores mensuales.
Segundo, el duelo por la identidad infantil perdida. El camino hacia la adultez supone, sobre todo, plantearse objetivos de vida, afirmarse en valores y en principios. Y los objetivos comienzan a aparecer. Y un buen día Exégesis forma un equipo editorial, y al otro inaugura una web, y luego se vuelve bimestral, y… ¡todo lo que nos queda aún! Siempre con la misma pasión, con la misma voluntad, con el mismo amor por los cómics y por nuestra bendita ciencia ficción.
Tercero, el duelo por los padres infantiles perdidos. Todo adolescente debe aprender a distanciarse de la mirada paterna y forjar su propia identidad y su propia historia. Exégesis, que nació del impulso creador de Daniel Santos y Álvaro Visús, quienes guiaban solitarios el camino, comienza a multiplicar sus integrantes, a dividir tareas, a ampliar sus fronteras y sus puntos de vista. Exégesis es ahora un colectivo de responsables, una familia donde cada miembro deja su impronta. Una familia.
¿Dónde está la crisis? Se preguntarán. Pues de la adolescencia se puede salir entero, o en pedazos; como un individuo fortalecido, o frustrado y acomplejado. Podemos seguir construyendo juntos este sueño que es Exégesis, o acabar derrotados por nuestras diferencias y vanidades. Podemos encontrar nuestro lugar en el cosmos de publicaciones electrónicas, o acabar arrumbados en algún rinconcito perdido de la red de redes. Nada nos puede asegurar el éxito. Hoy, justo hoy, en Exégesis no hay nada seguro. Estamos a la expectativa. Sin detenernos un segundo, continuamos construyendo nuestro propio cuerpo y nuestra propia identidad. La meta es crecer. Y aquí nos encontramos, a mitad de camino. Despegándonos de la niñez con esfuerzo y mirando a la adultez con temor y recelo. Una única certeza nos queda a los que trabajamos de un modo u otro en esta revista, y estamos seguros de que ustedes comparten nuestro parecer: Esta es una gran experiencia, ¡y qué putada de experiencia!
Es ésta nuestra recompensa. Que sea lo que sea con nuestra adolescencia y nuestra adultez. Las vamos a gozar como se goza lo que sabemos que puede durar poco: como si fuera la última vez; a puro cómic y a pura ciencia ficción. Porque como supo decir un sabio peninsular, hace ya seis números atrás:
Esto es ficción, ciencia ficción:
Esto es Exégesis.
2 comentarios
Joer… una editorial casi poética!!!
En mi humilde opinión, la revista Exégesis tiene en la red de redes un espacio que ocupar, por razones evidentes:
1. Cómic de ciencia ficción en castellano.
2. Equipo editorial que se responsabliza de las publicaciones.
3. Periodicidad.
Así que el adolescente de hoy será el adulto de mañana!
Bravo, Blas. Un comentario editorial muy emotivo. Hay que ayudar al adolescente, pero también dejar que vaya descubriendo su propio camino, y este parece prometedor.