Colapso – Capítulo 4
4-EL SEÑOR SOLANKI
El señor Solanki se mira al espejo. Todo está perfecto. El nudo de la corbata. El afeitado. Su peinado. Los puños de la camisa sobresaliendo por los de la chaqueta. Ni una arruga. Como siempre. La reunión de hoy es importante. Muy importante. El Consejo de Administración le ha convocado para una reunión urgente. Y debe tener respuestas, muchas respuestas a muchas preguntas.
Sabía que llegaría un momento como el que seguro va a vivir a continuación. Lo ha sabido desde el principio. Desde el Volcado. Ha sido todo siempre una cuestión de tiempo.
El resto de la Humanidad ha vivido de espaldas al problema de los problemas.
Pero él debe dar respuestas.
El espejo desaparece y en su lugar hay una puerta. Sabe que tras esa puerta están los miembros del Consejo de Administración de ARK. Si pudiera respirar hondo, lo haría. Tan sólo para tranquilizarse un poco.
-Maldito Volcado.
Antes de que él pueda intentarlo, alguien desde dentro abre la puerta de la sala de juntas. La maldita sala de juntas. Aquel lugar en el que problemente se delibera a diario el futuro de las personas. De todas las personas, hombres, mujeres, trabajadores, gobernantes. Todo se decide en la sala de juntas. Y él ahora va a tener que dar algunas respuestas.
-Señor Solanki, -la persona menos indicada del Consejo de Administración de ARK es quien se le ha adelantado- le estábamos esperando.
-Disculpen el retraso, caballeros. Señor Sorensen…
El señor Solanki hace un amago de reverencia a destiempo y la incomodidad le invade por dentro. Entonces recuerda los tiempos de antes del Volcado, y cae en la cuenta de que en aquellas circunstancias habría empezado a sudar salvajemente, algo que no iba a ocurrir ahora, algo por lo que no dejaba de sentir cierto alivio.
Tan sólo una silla desocupada en la gran sala de juntas, la suya, al lado del señor Sorensen, el Presidente del Consejo de Administración de ARK.
-No hay problema, se acepta la disculpa, ya sabe usted que en la era moderna se pueden hacer verdaderos milagros con el tiempo.
El resto de miembros del Consejo de Administración emiten pequeñas carcajadas forzadas ante lo que pretendía ser un chiste de su Presidente, algo muy usual en cada reunión, y que tan sólo servía para poner más nervioso al señor Solanki.
El señor Solanki ya se ha sentado mientras todos ríen al unísono.
-Bien, señor Solanki, ya sabe lo que nos ha traído a este lugar.
Solanki no piensa perder más tiempo. Ha pasado mucho tiempo. Y aunque el señor Sorensen no se equivoca con el poco oportuno cascarrillo que todos sus subordinados han consentido en aplaudir, sabe que el tiempo se agota. Algo que por otra parte era de esperar. La última oportunidad fue hace ya tres años. Tres años solares. Tres años según los parámetros de antes del Volcado. ARK decidió aplicar los parámetros temporales de antes del Volcado.
ARK… ¿Cómo llegó a convertirse él en asesor externo de ARK? A veces tiene que hacer grandes esfuerzos para recordarlo. No sólo para recordar, también debe hacer grandes esfuerzos para sencillamente sobrevivir. Desde el Volcado, hay que hacer poca cosa para sencillamente sobrevivir, pero en su caso es diferente. Y ahora debe dejar de pensar en todo eso porque se debe a su trabajo, a Exodus y a las respuestas que esperan los miembros de su Consejo de Administración.
-Por supuesto, caballeros, he traído conmigo el informe elaborado por mi gabinete y publicado en la Intranet hace más de tres años.
No podía empezar de otra manera. El hecho de avisar ‘ya os lo dije, pandilla de ignorantes’, debe colocar a todo este grupo en su sitio.
-¿Y bien? –No parece que Sorensen vaya a ponerse él solo en ese sitio. Más bien, parece que Sorensen está a punto de decidir en qué sitio se va a poner todo el mundo en este momento. Siempre hace la misma pregunta para conseguir exactamente eso. El silencio que suele seguir a esta pregunta acostumbra a marcar el primer tanto a su favor, ya que quien haya de romperlo deberá pensar rápido y contestar algo, y dado el rango que ostenta en ARK, esa poco pensada contestación no será precisamente la reina de las respuestas.
-La situación ahora es mucho peor que hace tres años.
A pesar de la tensión que el Presidente quiere imponer, Solanki hoy lleva las ideas muy claras. El tiempo se agota. La situación empieza a ser insostenible y él lo había avisado hacía mucho, mucho tiempo.
-Es obvio, señor Solanki, hemos tenido cuatro quiebras esta semana.
Sorensen siempre utiliza la palabra ‘obvio’ y todas sus variantes para destapar la poca consistencia de los argumentos que escucha cuando lo que le van a decir no le gusta en absoluto. Es su manera de apuntarse el segundo tanto.
-Señores, en el informe al que me acabo de referir, el cual yo mismo firmé y que tienen ustedes ya cargado en sus unidades de memoria inmediata, establecía los plazos de actuación para el ‘regreso’.
-Señor Solanki, sabe que lo del ‘regreso’ lo hemos considerado siempre una auténtica tontería. En el Consejo siempre hemos descartado esa posibilidad. No vamos a volver a ningún sitio. La Humanidad siempre ha mirado hacia delante, nunca hacia atrás. Y lo que usted propone sobre un hipotético ‘regreso’ no es precisamente la mejor manera de avanzar.
Solanki sabe por dónde va a ir la conversación a partir de ahora. El Presidente del Consejo de Administración de Exodus fue el fundador de la compañía. ARK es la compañía que ideó y patentó el Volcado. ARK le dio a la Humanidad la oportunidad de la vida eterna, tal y como la había soñado. Y ahora ARK no va a hacer volver a nadie a ningún sitio. Eso es lo que el Presidente tiene en la cabeza, pero esta vez Solanki no tiene alternativas, solo hay una manera de llevar esta conversación.
-Caballeros, el hecho de que ustedes lo hayan descartado no quiere decir que no vaya a tener que ocurrir. Ruego analicen bien el contenido de mi informe. Y les pido por favor, ya que ahora sí han saltado las alarmas, que me escuchen. No es solamente por las quiebras que se están produciendo en cadena, esta vez es diferente, señores. El sistema va a llegar pronto a un punto de colapso irreversible, ruego repasen los detalles del informe. El ‘regreso’ es la única alternativa.
-Su informe fue rutinario. Señor Solanki, nuestra compañía le paga unos honorarios anuales por este tipo de informes. El informe al que usted se refiere fue analizado por nuestro departamento de finanzas y se tomaron las medidas necesarias.
Palabras, palabras, palabras. Solanki sabe que aquel informe cayó en su día en un cajón y ahora, tres años después, debe continuar allí. Pero Sorensen quiere hacer ver que sabe lo que ocurre, quiere hacer ver que controla la situación. Pero tan sólo son palabras en la superficie. Sorensen nunca ha profundizado en las finanzas, le dan grima, y Solaki lo sabe.
-No. No fue un informe rutinario. Fue un informe que era necesario, que yo mismo presupuesté, autoricé y firmé una vez finalizado. Aquel informe fue facturado fuera de nuestros honorarios, porque se hizo en un momento que nuestro gabinete consideró necesario, cuando todavía había algo que hacer. Solo tiene que ver las fechas de los informes de hace tres años y las facturas que su compañía recibió de nuestro gabinete.
Ese tanto vale por dos. Dos a dos. Sorensen se limita a descargar una mirada fulminante a todos y cada uno de los miembros de su Consejo de Administración. Obviamente, nunca le llegó el informe, y por supuesto, nunca ha dedicado un solo minuto a verificar fechas y facturas de un gabinete de consultoría. Rodará alguna cabeza. Seguro. Solanki empieza a verse ganador.
-Espero que analicen concienzudamente el informe. Aunque no hay mucho tiempo. La situación exige decisiones drásticas e inmediatas, así que apelo a la eficiencia y capacidad de análisis que siempre ha caracterizado a sus expertos. Les espero en esta misma sala dentro de tres minutos.
Solanki les acaba de dar un plazo de tiempo. Corto, pero el plazo lo ha marcado él. Tres a dos. Solanki gana.
Tres minutos. Tiempo más que de sobra para que aquel pequeño grupo de dioses estudiaran el contenido de las veinticinco mil páginas de aquel informe, y sacaran sus conclusiones. Hasta hoy habían hecho oídos sordos a todo lo que su gabinete había hecho durante los últimos cinco años.
Algo que por otra parte era de esperar.
2 comentarios
Huy… Esta vez nos has dejado muy en el aire. Esperemos ver pronto la continuación.
si que se pueden hacer maravillas con el tiempo luego del ‘volcado’, 25 mil paginas en 3 minutos…
bueno, pues lo que soy yo, ya quiero leer el próximo. 🙂
Me gusta, me gusta.. solo como ficción.. futuros corporativos!!