Historias de la galaxia 4. Romance.
llegó una flota de naves,
bien tomó posición otra,
dio comienzo el combate.
¿Serán las tropas de Târtek
las que a los terrestres paren?
Eso meditan los sabios,
esa pregunta se hacen.
El Imperio está disperso,
en la guerra todo vale,
los de Târtek son muy bravos,
quién sabe, puede que ganen.
Una explosión llena el cielo,
después rasgado con láser,
mas una nave de la Unión
todos los rayos evade.
Toda defensa ella esquiva,
un destello color jade,
poniendo al Imperio en riesgo,
encomendada a su madre.
Un rayo alcanza al piloto,
mas su corazón aún late,
y con su último aliento
se transforma en kamikaze.
Aunque está bien muerto
y en el frío espacio yace,
ha inclinado la balanza,
y eso es lo que vale.
Ahora las naves de la Unión
bravas al ataque parten,
con recuperadas fuerzas
terribles estragos hacen.
El Imperio contraataca,
mas es demasiado tarde,
en el frío y vasto vacío
granate flota la sangre.
Los terrestres ahora huyen,
los juzgarán en su base,
pues el Imperio es muy cruel
y no perdona al cobarde.
La Unión hoy es dichosa;
aunque sus heridas lame,
la batalla está ganada:
ha sido un día grande.