Te quiero, hermano

«Maldita sea, Peter. Desde aquí no puedo corregir el rumbo de tu cápsula de salvamento. La órbita de Plutón no es suficiente para hacerte volver. Estoy pilotando el robot de salvamento desde la estación de Urano, pero no alcanzará tu posición hasta dentro de ocho horas…»

– …

«Peter ¿estás ahí?»

– Sí… aún no he muerto.

«No voy a llegar a tiempo.»

– Lo sé… hace treinta minutos que el tono de tu voz ha cambiado, amigo.

«He dado parte a todas las patrullas de salvamento del sector, pero han sido enviadas a Titán, para atender el desastre de la nuclear subterránea. No quedan otras cápsulas de salvamento en tu zona con las que acoplarte. Lo he intentado todo… lo juro.»

– Seguro, no me cabe duda. Pero no te aflijas, soy yo quien va a diñarla en medio del espacio.

«Eres un cabrón egoísta. Tú eres mi único amigo y si tú mueres, mi alma se va contigo… »

– Ya, pero serás tú quien ahogue las penas en un gran vaso del mejor whisky.

«Sí. Y me frotaré lascivamente con la puta más guarra del puerto, a tu salud»

– Más te vale. Lo prometiste.

«Pensaba que no te acordarías»

– ¿Cómo iba a olvidar aquella noche? Estaba muy borracho, pero me salvaste la vida. Eso no se olvida.

«Mira para qué sirvió… Si lo llego a saber, dejo que te lances al vacío desde aquel compartimento estanco. Nadie se hubiera enterado, esa sección de la estación orbital llevaba obsoleta más de tres meses.»

– No seas idiota. Cuando Valeria murió, creí que todo había terminado, que mi vida ya no tenía ningún sentido. Quise acabar con todo… y entonces apareciste tú. Me has dado cuatro maravillosos años, me has enseñado a valorar esto de la vida más allá del sufrimiento. Es un honor ser tu amigo.

«…»

– ¿Has oído eso, cabrón silencioso?

«Te quiero, hermano»

– Joder… te quiero.

«¿Tienes miedo?»

– Sí… mucho. Ya noto la falta de aire. Vaya porquería de cápsula de salvamento, ni siquiera lleva un reciclador de oxígeno… Esto es lo que pasa cuando la confederación ajusta los presupuestos.

«Eh, Peter… ¿Sabes por qué te encontré aquella noche en esa zona de la estación?»

– ¿Secretos de última hora?

«Yo también quería suicidarme.»

– ¡¿Qué?!

«Estaba ofuscado. Me sentía derrotado. Como sabes, me denegaron la licenciatura de piloto de pruebas y lo único que me ofrecieron fue este puesto de navegante remoto. Toda mi carrera se había ido a la mierda, después de haber invertido ocho largos años de estudio y duro entrenamiento. ¿Sabes que te comenté que Alexia y Sonia me habían abandonado? No fue así. Fui yo quien las dejó. No soportaba estar a su lado porque me veía como un perdedor… no me sentía digno de nadie. Y entonces apareciste tú.»

– ¿Por qué me cuentas todo esto ahora?

«Porque quiero que sepas que el honor de ser tu amigo, es mío. Porque has sido tú quien me ha enseñado a valorar la vida más allá del sufrimiento.»

– Vaya, si no llego a perderme en el espacio con este trasto, no me hubiera enterado de esto. Qué caprichoso es el destino…

«Aquella noche me enseñaste que hay cosas mejores por las que llorar. Tu sufrimiento tenía un verdadero sentido. Un sentido profundo que iluminó el mío, cuando llorabas como un niño al contarme los planes que Valeria y tú teníais juntos. Sin conocerla, sentí cariño hacia ella y me vi en la obligación de hablarte de todo lo que te quedaba por experimentar en la vida, para hacerte ver que suicidándote no honrarías su memoria. Para mí, tú habías triunfado verdaderamente en la vida, al conseguir amar a otra persona como yo nunca lo había hecho… y de alguna manera pensé que si te salvaba, me salvaba a mí mismo. Gracias a ti, he conocido a Rosaline.»

– Sólo por eso ha merecido la pena meterme en esta cápsula de mierda… Dios… se ha acabado… el oxígeno…

« Peter… Gracias. Me has salvado la vida.»

– … aprovéchala…

«¿Peter?»

– …

«Peter… Te quiero, hermano.»

3 comentarios

  1. Buen relato. Al principio me costó entender lo de los signos<>. Creía que eran pensamientos pero luego deduje que se trata de uno de los dos personajes, el otro habla con guiones.

    Mira por donde Peio, esta es nuestra primera colaboración juntos. ¡¡y yo que lo hice sin saberlo!!

  2. Oeeeeeh!

    He estado de vacaciones en un pueblo en el que ni había acceso a internet! (Ha sido genial. ¡Viva Legaria!)

    El único pero es que no he podido «estar» para ver publicado en primera plana de Exégesis el relato. Y mira por dónde, mi buen Antonio, vas tú y lo ilustras. Un gran trabajo!!! Casi da claustrofobia ver al piloto ahí metido. Me encanta tu dibujo.

    Muchas gracias por tu trabajo!

    Y no me olvido de Ismael Granados. Está curiosa la aimación. Me gusta como queda!

  3. Gracias por lo halagos Atlas, pero no, el dibujo no es mio. El mérito es de Ismael Granados. Yo sólo lo pinté de rojo, que como ves tampoco me maté. Ah y la cutreanimación si está perpetrada por mi, pero tampoco es gran cosa.