Editorial – número 11

Días atrás leía, en imprenta digital en el sitio Space.com: “Voyager: El viaje más distante de la humanidad.” Hallé por lo menos un concepto erróneo en aquel titular. Es un error suponer que el viaje de un amasijo de hierros no tripulado represente la distancia más álgida del ser humano. La realidad es que los seres humanos hemos llegado mucho más lejos que el Voyager. Ciertamente, aquí desde la Tierra, y desde hace siglos, la humanidad avanza en un viaje más allá de las fronteras planetarias con el más avanzado de los vehículos. No creo que haga falta aclararlo; se trata de nuestra inextinguible imaginación. Es ella la que nos permite viajar a los confines del universo, transitar las estrellas más lejanas y animarnos a través del tiempo y del espacio. Es la imaginación la que nos deposita en el futuro más recóndito, o en el más inmediato, o nos pasea por realidades alternativas a nuestro presente y pasado. Es la imaginación la que nos sumerge en culturas inauditas y nos enfrenta a tecnologías de sueño. Es la imaginación, claro, la que nos permitió soñar el Voyager y lanzarlo al espacio. Es ella la que convierte el mundo en un sitio más amigable, la que siembra de ideas, de inventos y de ficciones este mundo opaco e imperfecto. Y es a través de estas criaturas de la imaginación –las ideas, los inventos, las ficciones- que el mundo se transforma en un sitio menos opaco, menos imperfecto. 

De todas estas criaturas de la imaginación, nosotros hemos optado por la ciencia ficción. De todas las ficciones posibles, es la ciencia ficción la que más lejos nos transporta. A nosotros, que amamos viajar. Es por eso que en Exégesis el viaje no se detiene. Un nuevo número nos convoca, un nuevo tomo en esta aventura compartida, en este viaje sin paradas, abriendo ventanas a los paisajes más impactantes. No develaremos aquí todos los mundos de asombro que visitaremos en este número, pero bien valen algunos adelantos para apaciguar al viajero ansioso. Es que no estamos ante un número entre tantos. ¿O puede serlo un número que nos convida una nueva entrega de ‘Allman’, donde asistimos al primer gran punto de giro de esta historia? ¿O que nos presenta al último relato ganador del Ovelles Elèctriques, que cupo nada menos que a nuestro colaborador Serafín Gimeno? ¿O que da inicio a una nueva miniserie firmada por Marc Roca y vuestro servidor? ¿O que nos despide -y no sin dolor- de la serie ‘2059’? Una despedida a toda orquesta, créanme: ¿O acaso se imaginan a Antonio HG, Gastón Martino, Pedro Lobato y Ferrán Clavero unidos bajo la batuta precisa de Jesús Pérez? Pero si esto no fuera suficiente, aún hay más, mucho más. Así que ajústense los cinturones, que el viaje continúa… ¡Uy, miren! Ahí va el Voyager. Acabamos de dejarlo detrás. 

Es que esto es ficción, ciencia ficción:

Esto es Exégesis.

1 comentario

  1. Muy bien dicho, Blas. Tal vez el Voyager, que si no recuerdo mal fué lanzado a mediados de los años 70, represente un adelanto de lo que de verdad le espera a la humanidad: la exploración lejana. Sin salir de la Tierra jamás. Por lo tanto, a nuestra imaginación le queda mucho trabajo por realizar.
    Bravo por un numero más de Exégesis!