La baulera de Allmanzor: La cosa, de John Carpenter

Amigos exegesianos; nosotros, que gustamos de movernos continuamente pasando de un recuadro a otro por las maravillosas páginas de cómic, tenemos otro formato similar que a muchos igualmente nos apasiona: el de los cuadros o fotogramas de cine. Hoy desempolvaremos otra joya, verdadera obra maestra del genero de ci-fi y terror:

 La cosa.  John Carpenter. 1982 

“La cosa” entra en un selectísimo club: el de los “remakes” que pueden superar al original. La película está basada primeramente en el relato corto “¿Quién hay ahí?” (Who goes there?) de 1938, del escritor John W. Campbell. Este relato dio origen en 1951 a la famosa película “El enigma de otro mundo”, dirigida por Christian Nyby, pero con todo el trabajo entre bastidores realizado por el célebre Howard Hawks.

La versión que nos ocupa, filmada en 1982 por John Carpenter, resulta más fiel al relato de Campbell y nos cuenta la historia de los integrantes de un equipo de investigación en una base situada en los hielos antárticos. Un helicóptero de un cercano campamento científico Noruego aparece pretendiendo matar a un perro en fuga por todos los medios posibles. La escena acaba trágicamente para los Noruegos, y el perro, de aspecto inocente, es introducido en el campamento de los protagonistas. Acaban de desencadenar la desgracia.

Los acontecimientos irán desarrollándose ya sin pausa y asistiremos a la transformación del can en un ser que imita a cualquier ser vivo con el que tiene contacto (humanos incluidos) creando copias imposibles de diferenciar del original, que ya ha sido irremisiblemente absorbido y devorado. Cuando los personajes comprenden el origen de la criatura y el peligro de que logre llegar a zonas habitadas, se desencadena una lucha no solo para vencerla, si no también por averiguar cuántos miembros del equipo han sido ya imitados. ¿Quién es humano y quién una copia? La frase del protagonista (interpretado por el actor Kurt Rusell) dirigiéndose a sus compañeros lo dice todo: “Sé que soy humano. Y si vosotros fuérais esa cosa me atacaríais todos a la vez. Por lo tanto todavía hay humanos entre vosotros. Averiguaremos quién es quién.”

“La cosa” (‘The thing’ en su versión original en inglés) representa uno de los puntos álgidos de la filmografía de John Carpenter. La cinta está montada con un ritmo pausado que, lejos de ralentizar la acción, contribuye a remarcar el ambiente desolado de la Antártida. Los efectos especiales son un punto fuerte. Las transformaciones del Ser en diferentes formas sacadas de criaturas almacenadas en su adn desde hace milenios resultan sobrecogedoras y en muchos casos repulsivas, lo cual sin duda es el efecto buscado. En ese año, 1982, en el que se estrenaba la primera película con gráficos por computadora (Tron) las criaturas de La cosa, realizadas con técnicas clásicas de maquillaje y animación, resultan totalmente creíbles, terroríficas y magistrales.

La música de Ennio Morricone encaja perfectamente en el desamparo y pesimismo del film y hay sonidos emitidos por la criatura, gritos más bien, en los que se adivinan sus miles de años de antigüedad, su misterio y su lejana procedencia.

Escenas espeluznantes: los perros aterrorizados en la perrera; la secuencia en la que se descubre qué encontraron en el hielo los noruegos…

En conclusión: una verdadera obra maestra que combina ci-fi y terror, con maravillosos efectos visuales que acompañan a un gran guión que tiene, además, el incentivo de ser muy fiel al relato original, superando, en opinión de muchos, a la famosa versión cinematográfica de 1951.

Como decía la carátula original del filme: “Vigile a sus amigos. Tal vez sean… La cosa!”

2 comentarios

  1. Nada más terminar esta reseña, me enteré de la existencia de esta nueva versión que, por más que sea una precuela que cuenta lo que ocurre en el campamento Noruego, no deja de ser un refrito del mismo tema. La verdad es que no he leido buenas criticas de «La cosa 2011», pero una me encantó: «La pelicula está plagada de guiños a la versión de 1982, pero el director no llega a comprender qué fué lo que hizo que aquella funcionara», je je.  Como amante de la ci-fi, la acabaré viendo, pero uno siempre se apena cuando no dejan en paz a los clásicos. Sobretodo a clásicos modernos como la de 1982 que cuenta, en mi humilde opinion, con un «look» y una calidad de imagen que nada tienen que envidiar al del cine actual…