Sala de despiece

Sala de despiece es un compendio de cuentos cortos y no tan cortos, donde se dan la mano el asombro y el humor corrosivo. Por esta antología circulan psicóticos, zombis, gatos aviesos, vecinos vengativos, escorpiones filantrópicos, cucarachas resentidas, misóginos y canallas de todo tipo. Sala de despiece es una reflexión de la condición humana, a la vez que un grito contra las ideas preconcebidas con las que se alimenta la corrección de pensamiento.

Es un placer para nosotros publicar esta noticia, pues el autor de este libro —disponible a la venta en Novum— es Serafín Gimeno; conocido en nuestras páginas virtuales por trabajos como “El consejero presidencial”, “El dilema de Robinson”, “Singularidades” o la serie “Los hijos de la orfandad”. Pero este libro va más allá del texto y cuenta con el arte de Fran Carras, que proporciona al texto una viveza de imágenes muy bien integradas. Como bien sabemos todos, Fran Carras es el autor del impactante cómic “El cielo está enladrillado”, así como de infinidad de ilustraciones que conforman el arte de varios trabajos aquí publicados, así como de la serie “Colapso”.

Desde Exégesis emplazamos a cuantos lectores se hallen leyendo esta noticia, a que visiten el sitio web desde el que los autores promocionan el libro: Sala de despiece. De navegación sencilla y atractiva lectura de contenidos, la web presenta a los autores, facilita el contacto con ellos, nos presenta el arte que decoran los trabajados textos, e incluso permite la posibilidad de comprar el libro con un solo click.

3 comentarios

  1. Mil gracias por la promo, si alguien quiere pegarle un vistazo al libro, os podéis poner en contacto conmigo y os paso el pdf. 

  2. Una noticia genial. Yoy a visitar la web. La descripción del libro es muy atractiva. Tanto que voy a ver la manera de comprarlo, si me es posible.
    Me voy a la web 🙂

  3. No son muy original que digamos. Así que repito lo que ya postee en el Facebook de este libro, que ya tuve el lujo de leer:

    Hermoso
    libro. La desenfadada agudeza narrativa de Serafín y los
    desconcertantes paisajes visuales de Franki… No se me ocurre una
    combinación más estimulante y adecuada.