Editorial 18

Territorio ciencia ficción. Eso es Exégesis. Constituido por sus numerosos autores y lectores —entrelazados cual secuencia de adn que conforma la identidad de esta publicación—, sus fronteras son traspasadas por la miríada de historias que en cada número emergen desde la web. ¿Y a dónde llegan? Sin duda más lejos de lo que se pueda imaginar, pues los argumentos de cada historia mutan en ideas, que se transmiten durante conversaciones mantenidas por autores y lectores con otras personas que ni siquiera tienen una noción acerca de qué es la ciencia ficción. ¿Y qué es exactamente?

No existe una definición única para el género de la ciencia ficción, pero sí que hay un denominador común en todas aquellas propuestas artísticas desarrolladas en dicha clave: la especulación. Y es la etimología de esta palabra lo que nos acerca a la esencia de la ciencia ficción, pues su origen se encuentra en el latín «speculãris» que significa espejo. Es así como se crea este género, pues sus autores usan su propia mente como un espejo en el que la realidad del pasado, presente, o futuro se reflejan alterados en sus coordenadas científicas, espaciales, temporales, o incluso sociales. Y el resultado es un relato que va más allá de lo puramente imaginativo, rompiendo en ocasiones la barrera de lo inadmisible —lo que nos podría contar el maestro Julio Verne al respecto—.

Exégesis es entonces territorio ciencia ficción. Un reflejo más de ese colosal espejo conformado por todas las mentes que se atreven a usar la imaginación para ir más allá. Es por esto por lo que la ciencia ficción resulta apasionante, y uno de los motivos por lo que esta revista continúa existiendo.

Porque esto es ficción.

Ciencia ficción.

Esto es Exégesis.

1 comentario

  1. Buen arranque, Peio, sí señor. Especulación e imaginación, pero dentro de las coordenadas de las leyes de la física. Sino dejaría de ser ciencia-ficción para entrar en el terreno de lo fantástico. Harry Potter se nos colaría de rondón, ¡que náusea!