Author Archives: Atlas

  1. Número 11

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    Portada 11

    Mayo – junio 2011. 80 páginas.

    El número once de exégesis continúa albergando trabajos de autores de habla inglesa. Como es costumbre, las historias cortas escoltan a las numerosas series que continúan: Allman, Óxido, La cúpula de los exégetas, Nuestro discreto apocalipsis, Colapso, Éxodus y Efemérides. Mención especial para una gran serie, 2059, que llega a su fin tras estar presente desde el primer número de la revista, y para otra que comienza, La tetera de Russell. Más extras y una nueva sección: Correo de los lectores.

  2. La baulera de Allmanzor: Carlos Trillo (1943-2011)

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    Son tiempos de duelo en la baulera. Hoy toca hablar con tristeza del fallecimiento de uno de los grandes guionistas del cómic: el argentino Carlos Trillo.

    Este autor formaba parte de la gran pléyade de guionistas y dibujantes de aquellas tierras del Sur que en los años 80 dieron el salto a Europa, llevando consigo un talento que acuñó una frase muy justificada: ¡Cómo dibujan y cómo escriben estos argentinos!

    Carlos Trillo nació en Buenos Aires, el 1 de Mayo de 1943 y, como él mismo decía cuando le preguntaban por su posible incursión en otros medios como la literatura, “yo sólo escribo cómic; amo el cómic y no quiero entrar en otros medios.”

    La lista de historias que guionizó es bastante extensa. Centrándonos en su faceta de escritor de ciencia ficción, podemos destacar títulos de corte imaginativo como “Las puertitas del señor López,” historia en la que un hombre que es maltratado por todo el mundo encuentra sosiego viajando a mundos imposibles a través de las puertas de los baños; la historia corta “El extraño juicio a Roy Eli,” con los dibujos de Juan Jiménez, que narra las peripecias de un piloto acrobático convertido en un ser cibernético tras múltiples accidentes de aviación y que demanda a la empresa fabricante de sus prótesis por el mal funcionamiento de las mismas. O “Basura”, también con Juan Giménez, donde nos muestra un mundo futuro cubierto de desperdicios y la lucha entre quienes viven en la última reserva de tierra y aire puros y quienes viven en los inmensos basurales del resto del planeta; “El último recreo,” el devenir de unos niños en un mundo del que han desaparecido los adultos; “Tragaperras,” con el gran dibujante Horacio Altuna, donde vemos cómo una sociedad futura decadente, deprimente y degenerada encuentra algo de satisfacción en unas máquinas expendedoras que ayudan a levantar el ánimo a cambio de unas monedas; “Custer,” la vida en directo de una detective cuyo día a día es seguido en vivo las 24 horas por una cámara de tv, interesante precursora de los actuales reality shows o de películas como “El show de Truman.” O la historieta “Cybersix”, de la que claramente “tomó prestado” la serie de televisión Dark Angel producida por James Cameron. Y un largo, largo etcétera.

    Carlos Trillo no sólo contribuyó a dar a conocer el nivel de la historieta argentina, sino que también ayudó (y mucho) a elevar el status del cómic como un medio serio y adulto, perfectamente válido para plasmar las inquietudes de la vida.

    Sus historias siempre ahondaban en la condición humana y en sombríos mundos futuros donde mostraba lo peor y (algunas veces) lo mejor de nuestra especie. Por todo esto, sirva nuestro homenaje y recuerdo.

    Carlos Trillo. Buenos Aires 1 de Mayo de 1943. Londres 7 de Mayo de 2011.

  3. La baulera de Allmanzor: Cody Starbuck.

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    Llegamos a la tercera dimensión: tras la literatura y el cine, es hora de hablar de una joya del comic.

    Howard Chaykin es más conocido por la celebrada ‘American Flagg’, pero existe otra obra suya situada a un nivel pictórico superior: nos referimos a ‘Cody starbuck’.

    Chaykin fue elegido para la realización del comic oficial de ‘Star wars’ en 1976. George Lucas quedó impresionado con el resultado, por lo que contó con la creatividad del artista para el diseño de vestuario y ambientes de buena parte de la famosa saga galáctica.  Es en este contexto, en 1978, cuando el dibujante crea un personaje claramente inspirado en Han Solo y lo sitúa en un ambiente similar al de la obra de Lucas.

    Cody Starbuck es, pues, un pirata del espacio. Un hombre de pocos escrúpulos cuya ansia de botín supera cualquier otra consideración. En un universo futuro dominado por las mega-corporaciones comerciales, las continuas guerras civiles han destrozado la humanidad, aislando mundos y provocando la pérdida de conocimientos. El viaje interplanetario ahora es escaso y solo las “Trouppe teatrales”, los gremios del comercio y los piratas se permiten el lujo de vagar a sus anchas por las estrellas. Dos gigantescas empresas, dedicada una a la reinvención de la “hipernave barata”, y otra a la clonación de seres humanos, mantienen una lucha mutua sin cuartel tan larga, que el triunfo de una compañía provocará irremisiblemente el desastre de la otra.

    Es en este universo donde nuestro amigo Cody Starbuck se mueve, trabajando para quien le pague mejor. Pero una aparición de su pasado puede hacerle flaquear…

    Gráficamente, Chaykin desarrolló una formidable composición de páginas completas y dobles que construían un bello colage de imágenes entrelazadas. No es un cómic típico. Su lectura puede resultar confusa en algunos momentos dada la complejidad de la integración de personajes y ambientes, pero resultó sin duda un maravilloso experimento de dibujo y color.

    Además de la versión original, en 1980 se publicó una nueva aventura de Cody Starbuck en la que se sigue la línea anterior, tanto argumental como pictórica.

    En conclusión: una obra magistral que nos transporta con una fuerza visual arrolladora a uno de los muchos posibles futuros que aguardan a la humanidad. Quien pueda, que lo disfrute, recordando la celebre frase de Cody: “Sólo es ilegal si te atrapan”.