Queridos compañeros saqueadores, piratas del conocimiento que inunda el universo: he decidido abrir el baúl de los tesoros y compartir con vosotros una joya de vez en cuando. Estos libros, películas y cómics ocultan parte de la sabiduría y el disfrute que siempre hemos buscado. Que seguimos buscando.
Empezamos con un mito. Un pilar de la literatura de ciencia ficción que desde hace décadas anida en la mente de lectores de todo el mundo:
DUNE, de Frank Herbert. 1965.
Situando la acción unos veinte mil años en el futuro, Herbert creó un universo que combina dependencia de un recurso natural, mesianismo, sistemas feudales y ecologismo.
La Casa de los Atreides se ve obligada por orden del Emperador a abandonar Caladan, el planeta en el que habitan desde hace noventa generaciones, y a trasladarse a un nuevo emplazamiento para hacerse cargo de la extracción de un elemento fundamental para el funcionamiento de la civilización: la Especia «Melange». Pero todo se trata de una trampa para acabar con la Casa Atreides ante su creciente poder en el consejo territorial imperial o «Landsraad».
Partiendo de aquí, asistimos a un viaje de traiciones, enseñanzas, descubrimientos y transformaciones. Todo se nos dará siguiendo al protagonista, el joven Paul Atreides. En su nuevo planeta, tendrá que adoptar la forma de vida de los Fremen, los únicos verdaderamente adaptados al mundo desértico e inhóspito que es el planeta en el que crece la especia. Y es que Paul Atreides está llamado a convertirse en alguien por encima del resto de la humanidad. Alguien que, partiendo del polvoriento y seco desierto de su nuevo mundo, habrá de acabar con la corrupta y decadente sociedad imperial. Este planeta desierto, único lugar donde crece la Especia Melange que expande la mente y permite los viajes interestelares, es conocido en todas partes como ARRAKIS, aunque sus habitantes lo llaman DUNE.
La novela «Dune» obtuvo algunos de los más importantes premios de la literatura de ciencia ficción y siempre existió un fuerte deseo de llevarla al cine. Esto se materializó en 1984 en la película homónima dirigida por David Lynch y en una mini serie de televisión en 2000. Pero el interés por crear una obra cinematográfica que haga verdadera justicia a la magna novela de 1965 sigue vivo y hay rumores de nuevos proyectos. Asimismo, existe una saga de novelas que dan continuación al relato original y que ya requerirán un comentario aparte en esta misma sección. Tal es el legado que las arenas y el desierto de Dune han dejado en millones de personas.
En definitiva, una lectura muy recomendable no sólo por tratarse de un argumento intrigante y con dosis de misticismo y acción, sino también por aportar un mensaje ecologista muy actual que nos muestra la capacidad de adaptación de un pueblo a un entorno altamente hostil.
Queridos compañeros saqueadores, piratas del conocimiento que inunda el universo: he decidido abrir el baúl de los tesoros y compartir con vosotros una joya de vez en cuando. Estos libros, películas y cómics ocultan parte de la sabiduría y el disfrute que siempre hemos buscado. Que seguimos buscando.
Empezamos con un mito. Un pilar de la literatura de ciencia ficción que desde hace décadas anida en la mente de lectores de todo el mundo:
DUNE, de Frank Herbert. 1965.
Situando la acción unos veinte mil años en el futuro, Herbert creó un universo que combina dependencia de un recurso natural, mesianismo, sistemas feudales y ecologismo.
La Casa de los Atreides se ve obligada por orden del Emperador a abandonar Caladan, el planeta en el que habitan desde hace noventa generaciones, y a trasladarse a un nuevo emplazamiento para hacerse cargo de la extracción de un elemento fundamental para el funcionamiento de la civilización: la Especia «Melange». Pero todo se trata de una trampa para acabar con la Casa Atreides ante su creciente poder en el consejo territorial imperial o «Landsraad».
Partiendo de aquí, asistimos a un viaje de traiciones, enseñanzas, descubrimientos y transformaciones. Todo se nos dará siguiendo al protagonista, el joven Paul Atreides. En su nuevo planeta, tendrá que adoptar la forma de vida de los Fremen, los únicos verdaderamente adaptados al mundo desértico e inhóspito que es el planeta en el que crece la especia. Y es que Paul Atreides está llamado a convertirse en alguien por encima del resto de la humanidad. Alguien que, partiendo del polvoriento y seco desierto de su nuevo mundo, habrá de acabar con la corrupta y decadente sociedad imperial. Este planeta desierto, único lugar donde crece la Especia Melange que expande la mente y permite los viajes interestelares, es conocido en todas partes como ARRAKIS, aunque sus habitantes lo llaman DUNE.
La novela «Dune» obtuvo algunos de los más importantes premios de la literatura de ciencia ficción y siempre existió un fuerte deseo de llevarla al cine. Esto se materializó en 1984 en la película homónima dirigida por David Lynch y en una mini serie de televisión en 2000. Pero el interés por crear una obra cinematográfica que haga verdadera justicia a la magna novela de 1965 sigue vivo y hay rumores de nuevos proyectos. Asimismo, existe una saga de novelas que dan continuación al relato original y que ya requerirán un comentario aparte en esta misma sección. Tal es el legado que las arenas y el desierto de Dune han dejado en millones de personas.
En definitiva, una lectura muy recomendable no sólo por tratarse de un argumento intrigante y con dosis de misticismo y acción, sino también por aportar un mensaje ecologista muy actual que nos muestra la capacidad de adaptación de un pueblo a un entorno altamente hostil.
El libro de Rubén Serrano formará parte de la metodología del Retorno a la Alegría que desarrolla la organización de socorro a la infancia
La obra de narrativa infantil ‘Los peque-cíclopes’, del periodista y escritor Rubén Serrano, ha sido elegida por Unicef para incorporarse a la metodología del Retorno a la Alegría y servir para que los facilitadores lúdicos puedan trabajar con los niños haitianos valores como la amistad, el respeto, el esfuerzo y la superación de las dificultades desde el afecto y la buena voluntad.
Con este objetivo, el cuento va a ser traducido al creole (el criollo haitiano) para ser utilizado en los espacios Amigos de la Niñez y contribuir a la recuperación psico-afectiva de la infancia y la juventud de Haití, después de que el devastador terremoto del 12 de enero de 2010 sacudiera sus vidas.
A través de las terapias lúdicas de la metodología del Retorno a la Alegría, la organización de socorro a la infancia perteneciente a Naciones Unidas intenta que los menores retomen paulatinamente sus actividades normales de convivencia en su comunidad, alivianando los temores y ayudando recuperar la alegría propia de los niños.
Y a ello contribuirá también el cuento ‘Los peque-cíclopes’, el cual se utiliza actualmente en el ámbito docente para la promoción de la lectura y el aprendizaje de idiomas.
La Asociación para el Fomento de la Educación ‘Portal’, una organización sin ánimo de lucro que tiene como objetivo la aplicación de las nuevas tecnologías en la enseñanza de la literatura y los idiomas, adquirió en 2009 los derechos del libro para su publicación en castellano y otras lenguas, incorporándola a un programa educativo interdisciplinar y multilingüe dirigido a centros escolares.
Además, el libro fue enviado al Sahara Occidental el año pasado para estimular la lectura entre los niños de los campamentos de refugiados, como parte de un acuerdo suscrito con el Gobierno saharaui para contribuir a mantener vivo el idioma castellano en esa región africana
Exégesis inicia un nuevo número. No es un número más. Será un número atravesado por un nuevo aniversario, una nueva confirmación de nuestra obstinación y de nuestro compromiso con los cómics y la ciencia ficción. En abril se cumplen dos años desde que esta aventura cósmica se iniciara. En abril reafirmamos nuestra vocación de narrar, de imaginar, de asombrar, de compartir. Que no han sido años tibios es algo que todos pueden intuir. Pero Exégesis ha logrado sobrevivir contra viento y marea. Vientos cósmicos, por supuesto, mareas solares, temibles bocanadas de plasma letal que podría haber enterrado a cualquier otra publicación. La forma de estos males es clara y evidente. En definitiva, Exégesis ha debido sobrevivir a la vocación y al amor al arte. Nadie vive de vocaciones. La vocaciones no alimentan nuestras familias ni pagan la cuenta de la luz. Sin embargo, las vocaciones alimentan el alma, afianzan el espíritu, nos acercan a la felicidad. Y lo que ha mantenido a Exégesis en estos dos años ha sido esta vocación, este amor, esta pasión compartida. Y somos felices. Confesémoslo con orgullo: Exégesis ya no es sólo una revista digital; Exégesis es una publicación de calidad. Por sus páginas transitan autores de calidad, artistas de calidad. Sus historias son sólidas, bien narradas. Sus dibujos son personales y prometedores. Basta comparar (¡comparen, comparen!). En otro mundo, en un mundo de papel, en un mundo donde la gente consumiera con fervor publicaciones impresas, Exégesis tendría un lugar inequívoco en los puestos de diarios. En ese mundo, Exégesis podría pagar por el trabajo de sus colaboradores y exigirles más. Pero en este mundo optamos por el acompañamiento, por el apoyo, por conformarnos en el espacio de crecimiento y experimentación que todos los que comienzan necesitan. Está claro para nosotros que varios futuros profesionales se están formando hoy mismo en Exégesis. Será un orgullo el día que los veamos despegar definitivamente. Exégesis es el Cabo Cañaveral que todo historietista nuevo necesita. Y aquí estamos, y aquí seguimos, sin detenernos. El contenido de este número es una clara muestra de nuestra perseverancia. En el universo de los cómics, un universo de tiempos lentos y dilatados, no hay mayor desafío que el desarrollo de una historia seriada. Las series requieren de una constancia y un compromiso que no siempre es fácil de sostener. Este número aniversario nos encuentra invirtiendo nuestro tiempo y nuestro esfuerzo en nuevas series que se suman a las ya tradicionales. Series con fecha de inicio y fecha de cierre, algo del todo novedoso en nuestra revista. Seguimos también, rompiendo las fronteras lingüísticas y recibiendo el aporte de autores y artistas de habla inglesa. Y estamos a punto de coronar nuestras ansias de crecimiento con el ya muy próximo lanzamiento de nuestra Exégesis en inglés; para que la lea el mundo, el universo en toda su extensión.
Es ella, la mujer que está a su lado en la cama es su mujer. Hasta aquí todo bien.
Se levanta, está en su habitación, en su casa, en medio de la naturaleza, como él había querido siempre. Ahí deberían estar el bosque de robles, con todos sus colores otoñales, el lago, las cimas nevadas de las montañas, el cielo… el cielo debería estar tomando ese color desde el blanco hasta el azul de las primeras horas de la mañana, debía ser el día perfecto.
Todo huele muy bien, incluido su aliento, todo es perfecto. La cocina está en perfecto estado, ordenada, limpia, lista para el desayuno. Levanta la cortina con un mínimo gesto manual.
-Mierda.
Fuera todo está mojado, llueve copiosamente. La nieve en las cimas de las montañas ha desaparecido.
-¿Qué dices, cariño?
Su bella esposa acaba de despertar.
-Está lloviendo. Otra vez.
Él piensa que de vez en cuando, no va mal que llueva un poco. Hace pensar. Hoy no tienen que ir a trabajar, ni ella ni él. Podría ser un buen día para charlar, últimamente les hace falta. Charlar, charlar, algo muy sencillo. Algo que no hacen últimamente.
-Oh, menudo problema…
Ella se está levantando de la cama, siempre es él quien lo hace antes, aunque solo sea unos instantes. Esos instantes de estar sola en la cama, de estirar las piernas, de estirar los brazos y no tropezar con nada. Es lo que le queda de los días anteriores al….
-Princesa, hoy es diferente.
Él vuelve a la habitación. Vuelve a comprobar que efectivamente, la persona con la que habla es su esposa .
-Sabes que me gustan más los días soleados.
…ella ya no recuerda aquellos días. Hace ya mucho tiempo que los problemas climatológicos son culpa de él, y ella encuentra el reproche que anda buscando en la lluvia de afuera. Últimamente se han distanciado debido a las largas jornadas de trabajo de él. Reuniones, reuniones, reuniones. Ella le reprocha constatemente que casi no pasan tiempo juntos. Él no puede hacer demasiado. En la compañía las cosas empiezan a complicarse, algo relacionado con el ‘cash flow’ que no acaba de entender, lo cual no deja de preocuparle, porque pronto van a empezar a pedirle explicaciones, y no las tiene, y en la búsqueda de esas explicaciones se está perdiendo hora tras hora, día tras día, informes, análisis, previsiones. Y en casa reproches, muchos reproches. Demasiados.
-Sabes que me gustas más con los ojos oscuros.
Cuando su mujer cambió el color de sus ojos, antes de ayer, se juró a sí mismo no utilizarlo nunca en una discusión, solo ha tardado 2 días. El color de los ojos de ella ha vuelto a ser un arma arrojadiza, una de las pocas que le quedan a él. Como hace unos meses. Es un tema recurrente. Recurrente porque los cambios en el color de los ojos de ella parece ser la forma que tiene ella de llamar su atención en respuesta a sus largas ausencias.
-¿Otra vez?
Él empieza a experimentar la sensación de que esa conversación ya ha tenido lugar en algún otro momento, de que vuelve a escuchar las mismas palabras, los mismos reproches, como una de esas películas de ficción que ha visto tantas veces. Y entonces él piensa que hace mucho que no ve ninguna nueva película, y no sabe muy bien por qué. Antes le encantaba ver pelis. Pero ahora….
-¿Otra vez, qué?
…ahora ni siquiera recibe puntualmente la programación de ficciones. En realidad, hace bastante que no tiene noticias de ningún estreno. Pelis. No hay pelis. Y entonces se da cuenta de que la simple mención al color de los ojos de ella ha sido un error, ahora lo ve claro.
-Otra vez llueve y otra vez estamos discutiendo.
Ella no puede soportar los días de lluvia. A él de vez en cuando sí le gustan. Pero a ella le oprimen el pecho, le dan dolor de cabeza, le hacen entrar en un estado de abatimiento que no soporta. Pero a él le gustan. De vez en cuando. Ella está segura de que él utiliza los días de lluvia para fastidiarla. Lo del color de sus ojos es la razón, es la forma que él tiene de mostrar su desaprobacióna a su último cambio de aspecto.
-Estoy preocupado, el número de asistencia técnica no responde. Sé que no te gusta la lluvia, pero créeme, no he podido hacer nada para evitarlo. Hace días que estamos así.
La dura tarea que él tiene hoy consiste en convercerla a ella de que lo de la lluvia no es cosa suya. Han discutido muchas veces por culpa del clima. Incompatibilidad climática. Él encuentra cierta gracia en ese concepto. Cosas de las parejas modernas. Lo han inventado ellos. Y entonces casi se le escapa la risa.
-Lo sé, por eso ando algo susceptible, la lluvia me vuelve peor persona.
En cierto modo, cuando algo afecta al estado de ánimo de su mujer, no puede hacer nada para evitar sentirse culpable. Esta vez no era cosa suya, otras veces sí lo había sido, pero no ahora. El clima. El maldito clima está fallando hace bastantes días, y no recibe respuesta alguna de la compañía que da el servicio. Y como otras veces, se siente un poco culpable, culpable por no haberle dado a su mujer más días soleados, sobre todo, en días no laborables, por eso decide tranquilizarla de alguna manera:
-Eres una persona maravillosa. Por eso vivimos juntos.
Ella empieza a darse cuenta de que algo está pasando. El rostro de él le recuerda a aquellos días en los que resignadamente le comunicaba a través de video-conferencia que debía estar reunido durante varias horas más y que no le esperara para cenar, y que no le esperara despierta. Resignación. Resignación en el rostro de él y resignación en el rostro de ella. Y esta vez él tiene la misma expresión en el rostro, la expresión de quien no controla la situación, la expresión de que si pudiera haría algo, pero resulta imposible. Lo del clima es una tontería, realmente, pero resulta ser la confirmación de que ninguno de los dos controla sus vidas.
-Pero no sale el sol. Quiero que salga el sol de una vez.
Ella no soporta esa sensación, su idea de conseguir la felicidad siempre había estado relacionada con el poder controlar todos y cada uno de los pequeños detalles de su existencia en el día a día. Y eso ha dejado de ocurrir. E irremediablemente, a esa sensación le rodea un día de lluvia persistente, lluvia interminable, lluvia deprimente, lluvia que no cesa, y que parece no tener ningún remedio.
-Espera un momento, acabo de comunicarme con ellos, y responderán en breve. Voy a mirar.
Él vuelve a la cocina, vuelve a mirar por la ventana. Sigue lloviendo. En la pantalla suspendida en el centro del salón puede ver cómo entra un mensaje del servico de asistencia técnica del Servicio de Clima Personalizado ALP.
“Estimado Sr. Hoffman, el Servicio de Clima Personalizado ALP ha suspendido el servicio a todos sus clientes. La compañía se ha declarado en quiebra técnica y ha iniciado un proceso para ser reconocida en situación de suspensión de pagos. Rogamos disculpe las molestias que este contratiempo pueda ocasionarle.”
